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- Despiadada rapiña de los Castro
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Pantalla Cubana HD
miércoles, 30 de abril de 2014
A más de 50 años de que Fidel Castro proclamara que la Revolución Cubana sería de los humildes, por los humildes y para los humildes, es algo que él, y ahora su hermano Raúl Castro, han cumplido al pie de la letra. En el afán de mantener dependiente del Estado a la inmensa mayoría de la población como la fórmula más exitosa de sometimiento, la han llevado a vivir por debajo de la línea de pobreza, es decir, humildísimos.
En el presente, después de media centuria de prohibirlo, se volvió a permitir la venta de vehículos automotores de forma liberada. Sin embargo, solo el Estado puede importarlos para revendérselos al pueblo humilde y trabajador a precios tan exorbitantes que ni los más acaudalados los pueden pagar. No son más que una burla hacia el pueblo, sobre todo si tenemos en cuenta que el salario mínimo en Cuba está por debajo de los 20 dólares mensuales, uno de los más bajos de la región.
Por ejemplo, en 2012, en Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Costa Rica, el salario mínimo era superior a los 300 dólares mensuales. Otros países como Argentina, Paraguay y Panamá ostentan los salarios mínimos más altos de la región, por encima de los 400 USD, y en Ecuador, Perú, Honduras y Guatemala es más de 270 dólares.
En El Salvador llega hasta los 207 dólares, y en Bolivia y Nicaragua, dos de las economías más pobres de América Latina, el salario mínimo se elevó a 118.51 y 115.40 USD, respectivamente.
Venezuela incrementó el salario mínimo a 360 dólares. Sin embargo, debido a la incidencia negativa de las políticas del gobierno chavista en la sociedad venezolana y en su economía, en este país el valor del salario real se ve afectado por la inflación galopante, una de las más altas de la región.
En lo particular, el mercado de los automóviles en la región se divide en segmentos que van desde el A, en el nivel mas inferior, al F, donde se ubican los autos de lujo con marcas tan reconocidas como las de Ferrari, Maserati, Bugati Veyron, Rolls Royce, Bently, Maybach y Mercedes Benz.
Las diferencias entre los distintos segmentos se establecen por una serie de características como pueden ser la potencia del motor, tecnologías de punta aplicadas en el campo de la automovilística, materiales utilizados para su facturación, confort, tamaño, eficiencia en el consumo de combustible, etc., que son las que determinaran el precio del vehículo.
Para que se tenga una idea de hasta dónde llega la rapiña que pretende el gobierno cubano con el monopolio de la importación y venta de vehículos, vale poner un ejemplo:
En Argentina, un Mercedes Benz del segmento C, sedan con un motor de 156CV de potencia, con caja de 7 marchas, consumo de 7,7 litros por cada 100 km recorridos y de última generación, está a la venta en 57,900.00 dólares (USD). En cambio en Cuba, un Peugeot 207 del segmento B y con prestaciones mucho mas modestas se comercializa en 91,113.00 CUC, que son más de 100,000.00 USD, según la arbitraria tasa de cambio establecida por el gobierno cubano, la cual constituye otro modo de esquilmar al pueblo.
En cuanto a los autos de uso, los precios también rayan en la locura. Para establecer otra comparación, vale remitirse al programa Autos, Dinero y Pasión, del popular Discovery Chanel, donde los simpáticos Mike, Mario y Tommy unen sus talentos para comprar y vender autos usados obteniendo un pequeño margen de ganancia. En una de estas transacciones compran un Cadillac STS del año 2000 en 2,600.00 dólares, y luego de invertir 245 en reparaciones, lo venden en 5,900.00 a un cliente que había solicitado un vehículo con esas características. En cambio, los antipáticos Fidel y Raúl Castro pretenden vender un modesto Fiat Punto, que ellos deben haber adquirido a precio de chatarra, en la disparatada suma de 28,950.00 CUC.
Se pudiera pensar que lo que el gobierno busca es saquear a los que reciben remesas de familiares en el extranjero. O a los profesionales que reúnen algunos miles de dólares trabajando por unos cuantos años en otros países. Lo que si es indudable es que las cifras son tan demenciales que resultan impensables de pagar.
Por todo esto he llegado a la conclusión de que se trata de una burla cruel y despiadada al pueblo cubano por parte de los enemigos de su prosperidad y desarrollo, su propio gobierno.
Cubanos en la red social/ Cuba Prensa Libre
Alexander Andrade Guimbarda
Periodista independiente
Escribe para Cuba Prensa Libre