La odisea que experimenta una familia cubanorusa en Miami (+Video)

Posted by : Pantalla Cubana HD lunes, 19 de mayo de 2014

Rolando Fernández es cubano, escapó de la isla para refugiarse en Rusia y ahora sobrevive en Miami a espera de un estatus legal

Los días más recientes en la vida de Rolando Fernández y su familia han significado una gran prueba de resistencia, tolerancia y fe. En la actualidad, en compañía de su esposa y su hijo de casi dos años (los dos de nacionalidad rusa), Fernández vive en un hotel en el noroeste de Miami pero sólo por poco tiempo.

Este hombre de 42 años emigró a Rusia, desde Cuba, con la esperanza de que, en un corto plazo, su vida podría mejorar. Sin embargo, desde su salida de la isla en el año 2000, momentos muy agrios le han llenado el camino de obstáculos que hasta ahora ha superado.

Una vez en Moscú un amigo, quien le brindó alojamiento por un tiempo, decidió expulsarlo de su casa: “Tú no tienes dinero, tú no hablas ruso, no eres nadie así que te me vas para la calle”, le dijo.

Sólo con algunas pertenencias a cuestas, el inclemente frío de esa ciudad lo obligó a buscar resguardo en uno de los andenes del sistema del transporte subterráneo. “Yo estuve ocho meses sentado en el mismo banco del metro, evitando que la seguridad me echara y conviviendo con gente de la calle”, relató.

Ese espacio público le servía de lugar de espera y descanso, entre las 5 y las 11 de la mañana, mientras el restaurante donde trabajaba limpiando la nieve de la fachada abría sus puertas. En el verano, que dura sólo tres meses en la capital rusa, los parques se convirtieron en la otra opción para pasar la noche.

La sobrevivencia

Rolando Fernández no olvida como se veía obligado a estirar al máximo los 2 dólares que ganaba durante cada día de trabajo. “Me compraba tres panes pequeños, un poco de mayonesa y una Coca Cola. Comía eso todos los días porque en el trabajo no me daban alimento”, apuntó.

Además de trabajar como asistente en la cocina y preparar lechones en algunas casas, este inmigrante se subió al cuadrilátero para medirse a golpes en peleas de kick boxing a cambio de dinero, pese a la certeza de que perdería la contienda.

Comenzó a sentir un poco de tranquilidad fue en uno de los restaurantes en los que laboró, pues le permitieron dormir en una cama improvisada encima de un refrigerador. Con las piernas colgando del borde, fue el sitio más cómodo durante mucho tiempo.

Hace 10 años conoció a Julia Fernández, quien es hoy su esposa, la madre de su hijo varón y amante de la salsa. El ritmo de la música tropical fue lo que los hizo acercarse en uno de los establecimientos donde ambos trabajaban.

La muchacha dejó a sus padres en Rusia para emprender la búsqueda del sueño americano junto a su propia familia. Aunque no se arrepiente de comenzar una nueva vida en Estados Unidos, siente que ha sido muy duro. “Ahora perdimos todo, no tenemos estatus, ni trabajo, sólo un poco de ropa”, comentó Julia en perfecto español.

La llegada

Antes de arribar a Estados Unidos los Fernández tuvieron una desagradable experiencia en México. Según el testimonio de Rolando, unos narcotraficantes en la ciudad de Reynosa le arrebataran 2.000 dólares que había ahorrado luego de tres meses de sacrificio, trabajo y después de vender lo poco que tenía en Rusia.

Video: Cubano recién llegado pide ayuda a la comunidad

Al pisar Estados Unidos las calamidades de esta familia no se hicieron a un lado. Desde el pasado mes de abril, Fernández espera por la resolución de su estatus migratorio para poder trabajar. En la ciudad de Hallandale, él, su esposa y su pequeño hijo debieron pasar una semana durmiendo en la intemperie, cerca de una estación policial.

Aunque agradece la ayuda de muchos buenos samaritanos que lo han ayudado con los gastos diarios, Rolando sólo quiere contar con empleo.

Lo más sorprendente de Fernández y su familia es que, por fortuna, no pierden la esperanza de alcanzar la tranquilidad y poder encontrar todo lo que aspiran en “el país de las oportunidades”.