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- El régimen cubano se lanza a la caza de las "mulas" (+Video)
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Pantalla Cubana HD
viernes, 6 de junio de 2014
Incluso para un país atípico, "macondiano" y con políticas inescrutables como la Cuba de los hermanos Castro, sonaron las alarmas cuando el pasado 1ro. de junio el diario oficialista Juventud Rebelde publicó una historia, al mejor estilo del director de cine español Pedro Almodóvar, donde se contaba la trama de un cubano residente en Miami que intentaba pasar en las costuras de sus pantalones 66 tomeguines adormecidos con anestésico.
Sucedió en el aeropuerto de Camagüey. Antes, el
miércoles 28 de mayo, la Aduana General de la República de Cuba había
advertido a los viajeros que se abstuvieran de transportar bultos
ajenos.
El texto comentaba que “las encomiendas pueden ser
utilizadas para el traslado y enmascaramiento de sustancias y artículos
empleados en el terrorismo, operaciones de narcotráfico y contrabando de
mercancías, que puedan poner en riesgo la seguridad, la salud humana y
el medio ambiente”.
“El pasajero que sea portador de una encomienda asume
la responsabilidad administrativa o penal derivada del incumplimiento
de esta regulación”, alertaba la Aduana cubana.
Video: Encomiendas a Cuba
La nota estaba acompañada de un vídeo, según el cual
una persona fue detenida cuando intentaba pasar de contrabando 150
memorias flash en una lata de leche en polvo. Si no fuese tan serio
movería a risa.
¿Qué se esconde detrás de esta nueva campaña? Según
un economista habanero, van a por las ‘mulas’. “La nueva cruzada, con
tintes de miedo y amenazas de sanciones penales, es un mensaje directo a
las "mulas". Cada año, desde 2011 se vienen dictando normas tras normas
para frenar las exportaciones ilegales que abastecen a los negocios
privados”.
Desde condimentos Goya, comprados al por mayor en un
Walmart de Hialeah para un restaurante privado en La Habana, a las
piezas de añejos autos de la era soviética que se comercializan en el
mercado negro de la isla, todo llega en el equipaje de las "mulas".
La vuelta de tuerca gubernamental comenzó en la
primavera de 2012 con normas impositivas que cobraban 10 cuc por cada
kilogramo extra de equipaje después de los 30 autorizados. En los
paquetes enviados desde el exterior por vía postal, a partir de los
cinco kilogramos, se empezó a cobrar también 10 cuc.
Yariel no disimula su enfado. "No hay quién entienda
la lógica de esta gente [los Castro]. Cuando han ocurrido ciclones no
aceptan ayuda del exilio en Miami. En el discurso público se llenan la
boca condenando el bloqueo [embargo] y ofrecen cifras de miles de
millones de dólares que perjudican a los cubanos de a pie. Sin embargo,
hacen todo lo que está a su alcance para regular, fiscalizar o disminuir
el trafico de mercancías entre Cuba y Estados Unidos”, comentó.
Si el régimen verde olivo desea que los dueños de
micronegocios no importen desde Miami ropa, zapatos, pinturas de uñas y
comida, entre otras muchas cosas, urgentemente debe abrir mercados
mayoristas en todo el país.
Para Gerardo, gerente de una firma extranjera
asentada en el barrio de Miramar, existen varios elementos que impulsan
al Gobierno a emprender una batalla contra "las mulas".
“Estamos hablando de no menos de 3.000 millones de
dólares que entran en mercancías todos los años desde Estados Unidos.
Sucede que muchos artículos que se venden en las tiendas por divisas no
tienen salida o su movimiento comercial es muy lento, causando grandes
pérdidas. La solución podría ser rebajar los altos precios, por regla
cada producto tiene un gravamen entre el 200% y el 400%. En los
almacenes tienen televisores chinos antiguos, ensamblados en Cuba, que
llevan cinco años guardados. Pasa lo mismo con artículos de vestir y
otros”, señaló.
Las estrategias de venta de las cadenas del Estado,
casi todas administradas por empresarios militares y acostumbrados al
monopolio, reaccionan con demasiada lentitud a las nuevas variantes del
mercado.
“Teníamos el privilegio de fijar precios y el
control de los productos que se venden. Las ‘mulas’ han roto ese dique.
Se calcula que cada día entran en Cuba no menos de 70.000 libras de
artículos por debajo de la mesa. Las pérdidas para las empresas del
Estado son multimillonarias, ya que en esa competencia espontánea,
debido a los excesivos precios, las ventas del comercio estatal en
moneda dura han caído en picada”, acotó un especialista de
mercadotecnia.
Un televisor de 32 pulgadas, con ganancia incluida
para el vendedor y el intermediario, se oferta en el mercado clandestino
habanero entre 430 y 450 cuc. Mientras en las tiendas del Gobierno se
venden entre 600 y 770 cuc. Ocurre igual con los equipos informáticos
que, además de ser extremadamente caros, están desfasados.
Según una fuente que trabaja en la Aduana, las "mulas" son ahora mismo un objetivo primordial para las autoridades cubanas.
“Ese crecimiento de importaciones clandestinas choca
con los intereses de personas que están al frente de empresas estatales
de importación y comercialización. Sus bolsillos son los afectados. No
es cierto que las "mulas" carguen drogas o laptops para los disidentes.
La mayoría de esas personas viven de ese negocio y no van a jugar con
candela. El Gobierno sabe que los opositores compran los equipos en sus
viajes al extranjero. O entran por la valija diplomática de ciertas
embajadas. Detrás de esta nueva campaña están los intereses del
capitalismo familiar aprobado por el Estado. Los únicos empresarios
nacionales son los autorizados por el Gobierno. Y ellos no pueden
perder”, aseguró el funcionario de la Aduana.
Aun está por ver si está nueva cruzada contra las
"'mulas" será efectiva. Demasiados negocios en la isla se apertrechan de
mercancías compradas al otro lado del Estrecho de la Florida.
Por un lado, la autocracia criolla quiere impulsar
una microeconomía familiar sin mercado mayorista y cobrando impuestos
como si fuera Suiza.
Por el otro, están los intereses de un grupo de
mandarines, auténticos oligarcas de nuevo cuño. Habrá que ver que
acontece en este embargo decretado contra quienes transportan
mercancías.
Cuba es un país especial, donde ciertas leyes y normas solo sirven para colgar en la pared.
Cubanos en la red social/ IVÁN GARCÍA/ Especial para DLA