Pero, no hay que ser tan pesimistas, a cambio de esta des-industrialización, hoy en La Habana solo existen tres industrias capaces de contaminar el medio ambiente: la Refinería Ñico López, en Regla, la siderúrgica Antillana de Acero, en El Cotorro, y la termoeléctrica de Tallapiedra, a cuál más humeante y pestilente.
Visto el poco interés mostrado hasta la fecha por proveer a las mencionadas industrias del equipamiento necesario para reducir la emisión de gases contaminantes hacia la atmósfera, la población debe estar agradecida de que, aunque es cierto que el desarrollo brilla por su ausencia, al menos los pulmones están menos sucios y toda la afectación no pasa de alguna que otra alergia sin más consecuencias que una tosecita impertinente o un ardor insoportable en los ojos.
Hildebrando Chaviano Montes
Periodista independiente/El Correo de Cuba
Escribe para Primavera Digital
hildebrando.chaviano@yahoo.com
Publicado originalmente con el título:
No todo es siempre malo, a veces puede ser peor