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- Anarquía en mercado de compraventa de casas en #Cuba
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Pantalla Cubana HD
domingo, 4 de mayo de 2014
A pesar de saber que el salario promedio en la isla ronda los 20 dólares mensuales, el dueño de una vivienda te puede pedir, sin sonrojarse, 150.000 o 500.000 dólares
Todos los días, incluyendo feriados o Semana Santa, en
el Paseo del Prado, tres cuadras antes de llegar al Malecón de La
Habana, funciona una bolsa inmobiliaria de corretaje. Bueno, no exageremos. Lo más parecido. Porque quienes
proponen ventas de casas no radican en una oficina. Tampoco hay un
ejército de abogados o hipotecas bancarias para comprar una vivienda.
Los corredores no van trajeados con cuello y corbata.
Ni siquiera te invitan a sentarte o brindan café al futuro cliente. No
es por ausencia de cortesía: simplemente el negocio es el aire libre.
Si la charla se extiende, lo más cómodo y cercano es
un banco de frío mármol escoltado por leones de bronce. A pesar de la
informalidad, los precios asustan y tienen poco que envidiar a una
transacción inmobiliaria en Madrid o Barcelona.
Llamémosle Elena. Su hija, que reside en Estados
Unidos, poco a poco, en billetes de a 100, le hizo llegar un total de 70
mil dólares para que su madre se comprara una vivienda confortable en
un barrio tranquilo de La Habana.
“Pensé que no sería complicado. La primera dificultad
radica que algunos sitios digitales de venta y compra como Revolico
están censurados por el Gobierno. Pero el cubano, que se le escapó al
diablo por debajo de la falda, ha resuelto esa dificultad, insertando
ofertas de ventas de Revolico en los paquetes de cereales, programación
deportiva, novelas y filmes que los particulares venden a 50 pesos”,
cuenta Elena.
Otra opción era recurrir a una de las cientos de
personas que trabajan como corredores de casas. Elena la desechó. “No
digo que no haya gente seria. Pero en ese negocio hay muchos
estafadores. Además de las webs dedicadas a la compraventa de casas, lo
habitual es venir aquí al Paseo del Prado y analizar las diferentes
ofertas”.
Si se tiene suerte y dinero en mano, se puede cerrar
el negocio en menos de un mes. El procedimiento es simple. El vendedor, o
su intermediario, se ponen de acuerdo en el precio y un día a una hora
señalada visitan la vivienda en venta.
Luego, si el comprador acepta, una persona que
trabaja o tiene contactos en una notaría, se encarga de gestionar un
turno. Llegado el día, comprador y vendedor firman el acta notarial de
traspaso y cada cual paga el 4% de impuesto acordado por las normas
aprobadas en 2011.
“Existen muchos vericuetos y trampas financieras
para que los involucrados en el negocio declaren la menor cantidad de
dinero posible y paguen un impuesto menor”, apunta una abogada habanera.
Pero el gran problema es encontrar una casa acorde
al precio a pagar. “Yo quiero comprar una casa de tres cuartos en el
Reparto Sevillano, Casino Deportivo o Víbora Park. Ni pensar en el
Vedado o Miramar. Ahí las casas no bajan de 100.000 dólares”, dice
Elena.
A pesar de saber que el salario promedio en la isla
ronda los 20 dólares mensuales, el dueño de una vivienda te puede
pedir, sin sonrojarse, 150.000 o 500.000 dólares. Incluso más. Hay
varias residencias en venta en sitios digitales cercanas al millón de
dólares.
El déficit habitacional de Cuba ronda los 600.000
inmuebles. Sin embargo, el Gobierno apenas puede producir anualmente el
4% de lo que necesitan sus ciudadanos. El pasado año el número de
viviendas construidas fue de 25.634, el más bajo desde 2003.
Cuba es un país atípico. Aquí lo normal es anormal y
viceversa. Aunque las calles están repletas de baches y los salarios
son miserables, el Estado vende una hora de internet en cinco dólares y
ofrece automóviles ordinarios a precios de alta gama.
Al menos en la venta y compra de inmuebles se puede
encontrar un registro amplio de precios. Los peor valorados son los
apartamentos construidos por la revolución, después de 1959.
“Debido a su mala calidad constructiva, muchos
tienen salideros de agua y filtraciones, su acabado es chapucero y están
lejos del centro de la ciudad. Solo gente desesperada, de las
provincias orientales, los suelen comprar. Un piso en Alamar
-barriada-dormitorio al este de La Habana- no llega a 14.000 dólares. Si
está ubicado en La Siberia, la parte más alejada de Alamar, se vende en
menos de 10.000”, explica Reinier, un arquitecto venido a menos que
desde hace siete años se dedica a la compraventa de casas.
“Lo esencial es que la vivienda tenga paredes y
techo sólido. Que el suelo no sea irregular y bueno el estado
constructivo. Si en la zona o el edificio escasea el agua, baja el
precio. Si es un barrio como Pogolotti o Mantilla, donde las broncas con
arma blanca y la violencia crecen, se sufre para vender. De cualquier
manera, los precios son desquiciantes. El 80% de los domicilios que
ahora mismo están en venta necesitan pasarle la mano”, señala Reinier.
Elena ha visitado cuatro casas y opina que los
precios son abusivos“.Porque, además, tienes que invertir entre 10.000 y
20.000 dólares en su reparación. En otros países son caras, pero se
pueden pagar a plazos y algunas están amuebladas. Lo de Cuba es una
locura. Creen que los billetes verdes andan regados por las calles”.
Pese a los precios inflados y de que el 60% está en
regular o mal estado técnico, según fuentes oficiales, en 2013 se
registraron 80.000 operaciones de venta de casas.
En Cuba, el 85% de las viviendas son de propiedad
individual. Pero comprar a precio justo es una tarea que puede demorar
meses. Pregúntenle a Elena.
Cubanos en la red social/Iván García
Diario las Americas
Insolito, pero como dice Ripley "Crealo o no" ahi esta!
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