CUBANOS EN LA RED SOCIAL

El gobierno del exgobernante Fidel Castro fue el responsable de la política de pleno empleo, que sin tener en cuenta la acumulación de bienes, provocó una fuerte presión inflacionaria. Esta fue contenida con la política de subir los precios a los productos de consumo popular, lo que dio lugar a la aún no resuelta y acentuada precariedad de la población. 

 En 1993 se despenalizó la tenencia de divisa. Desde entonces, en las cajas de cambio (CADECAS) venden el CUC, la divisa interna equivalente al dólar estadounidense, a 25x1, lo que le facilita hacer las compras en las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD).
Cuando el presidente Raúl Castro asumió la presidencia de Cuba, más de 1,5 millones de hectáreas estaban cubiertas de marabú, la producción de azúcar no sobrepasaba los 1,4 millones de toneladas, la inversión extranjera estaba en su nivel más bajo, las empresas reportaban un excedente de 1,5 millones de trabajadores y se había puesto fin a los mecanismos de estimulación salarial.
Las pendientes reformas prometidas por Raúl Castro se traducen en una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) debido a la marcada caída en la producción de bienes y a que la inversión extranjera no ha sido como se esperaba.
El despido de los trabajadores se paralizó y se registran retrocesos en los servicios, el trasporte y la producción de alimentos. Las empresas de la agricultura reportan grandes pérdidas económicas y técnicamente están declaradas en quiebra.
A las cooperativas de diferentes tipos el Estado les adeuda decenas de millones de dólares, por eso no han podido abonarles los anticipos y la estimulación a sus asociados, y persisten los atrasos en el pago de salarios a los trabajadores.
Esta situación se agrava porque el salario promedio no sobrepasa los 20 dólares mensuales. Después de pagar 2 dólares por el costo promedio de la canasta básica de alimentos subsidiados, para terminar el mes tienen que comprar en las TRD, donde los productos tienen una tasa de 220% por encima de su precio original, algo realmente abusivo.
Los sindicato verticales dirigidos por el Partido Comunista tienen la misión de sofocar y silenciar cualquier pedido de los trabajadores sobre lo urgente necesidad de que aumenten los salarios, debido a la galopante subida del costo de la vida.
Para la mayoría de los cubanos, mal alimentarse se ha convertido en una terrible y asfixiante pesadilla.
Resulta vergonzoso y una muestra de servilismo lo expresado por Milagros Pérez Caballero, dirigente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC y diputada a la Asamblea Nacional durante su estancia en España, cuando señaló que los trabajadores cubanos entienden que en la actual coyuntura es imposible incrementar los salarios.
La funcionaria de la CTC manifestó que las premisas para una reforma salarial pasan por la apertura del trabajo no estatal, la supresión de "subsidios indebidos", el despido de trabajadores que no se adecúen a las expectativas de las empresas y el incremento de la productividad.
Pérez Caballero no tuvo reparo en manifestar que "hay conciencia en los trabajadores de que ahora no puede haber esa reforma salarial".
Ante esa lacayuna y anti-obrera actitud de Pérez Caballero, habría que preguntarle cuando ella consultó a los trabajadores para que dieran su acuerdo y conformidad con el misérrimo salario que devengan por culpa del mal desempeño del gobierno en la economía.
Queda demostrado que los dirigentes sindicales cubanos responden ante todo al Partido Comunista y al gobierno. Son
utilizados como tropa de choque para acallar el descontento que reina entre los trabajadores.

 Cubanos en la red social/Escrito por Osmar Laffita